10 de septiembre de 2007

SEMANA NEGRA PARA AL MUSICA

MURIERON 2 INTEGRANTES DE LOS TUCU TUCU

Ricardo Romero y Héctor Bulacio, del grupo Los Tucu Tucu, cuando viajaban a esta ciudad para actuar anoche en la plaza Independencia. Los otros dos integrantes del conjunto permanecen internados en terapia en la ciudad de Santa Fe.

Pérez y Sánchez permanecen en terapia intensiva
La fatalidad en las rutas persigue a los folcloristas
Los Tucu Tucu difundieron la música tucumana por el mundo durante 42 años


Los músicos locales lloran a un grupo que fue su referente indiscutido


Un puñado de clásicos irrepetibles
Palabras de Ricardo Romero





Más de 40 años de talento y pasión por las raíces folclóricas hicieron que Los Tucu Tucu se conviertan en uno de los grupos de mayor respeto en el ámbito nacional y con una fuerte presencia






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A 11 AÑOS DE LA MUERTE DE GILDA

El 7 de septiembre de 1996, en el kilómetro 129 de la ruta 12, en la provincia de Entre Ríos, un colectivo se desplazaba en medio de una torrencial lluvia. A la altura de Villa Paranacito el conductor de un camión perdió el control del rodado, mordió la banquina y cuando trató de recuperar su trayectoria normal, se cruzó de carril. La colisión con el colectivo fue inevitable, y a causa del choque, el transporte de pasajeros dio varios tumbos y arrastró a otros dos vehículos que circulaban en la misma dirección.



Entre las víctimas fatales del accidente se encontraba Miriam Alejandra Bianchi, de 34 años; pero sus seguidores la conocían como Gilda, una estrella de la música tropical. Junto con ella fallecieron en el choque su madre y su hija Mariela, de 10 años, además de algunos de los integrantes del grupo musical que la acompañaba. El conjunto se dirigía a cumplir con una presentación programada en la localidad correntina de Chajarí.



Gilda había nacido el 11 de octubre de 1961 en el seno de una familia de clase media. A los 18 años contrajo matrimonio por primera vez y de esa unión nacieron sus hijos Mariela y Fabricio. Se recibió de maestra jardinera y comenzó a trabajar en distintos establecimientos educacionales, donde se distinguió por su especial predisposición para organizar festivales musicales.



Mientras trabajaba como maestra, Gilda se reencontró con un viejo amigo, 'Toti' Giménez, quien después de escucharla cantar le propuso que se profesionalizara como cantante en el género tropical. Giménez se convirtió entonces en manager y representante de la cantante, y posteriormente se casaría con ella. En 1983 salió el primer disco titulado "Gilda de corazón a corazón", y comenzó el acceso a la fama.



A pesar de que el reconocimiento del público fue importante, el verdadero "boom" en la venta de los discos de Gilda se produjo después de su muerte. Mientras vivió alcanzó un apreciable renombre en el ambiente de la música bailantera, pero ni siquiera ella misma llegó a considerarse una verdadera estrella de la canción popular. "Soy una trabajadora como cualquiera", solía repetir cuando, ya concretados sus primeros logros, la fama comenzó a tocar a su puerta.



La trágica muerte de Gilda convirtió sus grabaciones en un éxito total. Uno de sus temas, "No me arrepiento de este amor", que había sido un éxito en vida de la cantante, disparó sus ventas a partir de su fallecimiento. Lo mismo ocurrió con otros álbumes y hasta con recopilaciones de grabaciones caseras e inéditas que se comercializaron después de su muerte.



Su desaparición física, ocurrida en plena juventud, dio lugar a un fenómeno místico: no son pocos los que le atribuyen poderes especiales y le asignan la capacidad de conceder los deseos que se le piden; para otros, sólo se trata de un lucrativo negocio montado a partir de su muerte.